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Frank Gehry sorprendió esta pasada semana con una peineta a todos aquellos que le tachan de starchitect. Amado y odiado a partes desiguales, sus obras no dejan indiferente a nadie. ¿Mesías urbanístico, artista único e innovador, arquitecto del futuro…o icono del formalismo de feria, amante de la polémica, arquitecto del mal gusto?

A continuación, las frases y proyectos que definen la personalidad de un arquitecto nada estándar.

“¡Yo no soy un starchitect! Sólo soy un arquitecto. Siempre habrá arquitectos caros y malos técnica y financieramente. Pero yo construí el Guggenheim Bilbao con un coste de 300 dólares el pie cuadrado. Presupuesté 100 millones de dólares, y lo acabé por 97. Doce años después sigue allí, y el mantenimiento no es difícil. En el Disney Hall (la sala de conciertos de Los Ángeles) gastamos 215 millones de dólares, y el presupuesto inicial era de 207. Y tampoco se cae. Y a la gente le gusta. Cinco años después, sigue funcionando. Mucha gente identifica Bilbao y Los Ángeles con esos edificios.” (2009)

“En el mundo en que vivimos, el 98% de los edificios construidos son pura mierda. No hay sentido del diseño, ni respeto por la humanidad, por el buen criterio, ni por nada. Sólo hay edificios bobos” (2014)

Si tuviera que decir cuál es la contribución más importante que he hecho a la práctica de la arquitectura, diría que es el conseguir la coordinación entre la mano y el ojo. Todo esto significa que he acabado por volverme muy hábil en llevar a cabo la construcción de la imagen o de la forma que estoy buscando. Yo creo que ésta es mi mayor habilidad como arquitecto. Soy capaz de transformar un boceto en una maqueta y en un edificio.” (1995)