Almudena y Manuel tienen muchas cosas en común. Comparten pasión y profesión. Los dos son arquitectos, pero apenas tienen amigos y compañeros de la facultad en España. “Con los que tengo contacto aquí pertenecen al sindicato. Los demás, o están en el extranjero o ya no se dedican a la arquitectura”, lamenta Almudena, miembro del Sindicato de Arquitectos (Sarq).
El éxodo masivo de arquitectos comenzó hace cuatro o cinco años, aunque fueron muchos los que huyeron mucho antes de que estallara la crisis en España. Contratos como falsos autónomos, sueldos basura o la imposibilidad de crecer profesionalmente dentro de los estudios de arquitectura empujaron a muchos jóvenes profesionales –y no tan jóvenes– a hacer las maletas y a poner tierra de por medio, en muchos casos, sin billete de vuelta.
La huida se ha acelerado en los dos últimos años. En 2011, una encuesta del Sarq reveló que aproximadamente un 6,5% de los arquitectos se encontraba trabajando en el extranjero. En 2013, la cifra se había duplicado, mientras que un 66% de los encuestados se estaba planteando marcharse fuera de España. “Los estudiantes de arquitectura dan por hecho que tendrán que marcharse si quieren trabajar como arquitectos”, reconoce Manuel Martín, miembro del Sarq. «Si apuestas por la profesión, vete fuera porque en España no hay opción de desarrollo», aconseja Almudena.
«La mayoría de nuestros alumnos ni se plantea ejercer profesionalmente en España y salir fuera no debería ser la única salida, sino una opción vital. Es decir, sal fuera si quieres y si crees que tienes que hacerlo para poder desarrollarte como arquitecto, pero que no sea una obligación», apunta Ignacio V. Sandoval, uno de los impulsores de la Escuela de Arquitectura más joven de España, en la Universidad Rey Juan Carlos, junto a Pablo Prieto, Raquel Martínez, Alberto Ruiz y Luisa Walliser.
Aunque la mayoría de los profesionales tiene bastante claro que hay poco futuro en España, marcharse no siempre resulta sencillo. A pesar de que los arquitectos españoles y su formación están muy valorados fuera de nuestras fronteras, lo cierto es que salir al extranjero puede ser una auténtica carrera de obstáculos, por lo que antes de comenzar a hacer las maletas toma nota de algunos consejos:
1.- No te vayas sin nada
“Por las encuestas que hemos realizado, hemos llegado a la conclusión de que es mucho mejor buscar trabajo en el extranjero desde España que ir al país de destino y buscar una vez allí. Es muy complicado y muy duro desde el punto de vista psicológico”, explica Almudena. “No te vayas sin nada. Desde que aterrizas hasta que te enteras de cómo funciona todo pueden pasar de seis meses a un año”.
Con las nuevas tecnologías pueden realizarse entrevistas a través de Skype u otros programas para videoconferencias. También es posible, siempre y cuando se trate de un país cercano, concertar y concentrar varias entrevistas en pocos días y acudir al país elegido. «Lo mejor es ir directamente al país que te interesa. Las empresas te toman mucho más en serio», recomienda un arquitecto expatriado. En países europeos sería un opción, pero a medida que nos alejamos de España (América o Asia), la cosa se complica.
2.- No te crees falsas expectativas
“Nuestra formación está muy valorada, pero nunca olvides que tendrás que competir con arquitectos locales. Cada país tiene su propia legislación y tendrás que conocerla. Prácticamente vuelves a hacer carrera», advierte Almudena. «En China, por ejemplo, nos hemos convertido en los chinos de China. Hace varios años había mucha diferencia de formación entre los arquitectos asiáticos y los españoles, pero ya no es así. Prácticamente sólo es posible trabajar allí a través de estudios europeos. De lo contrario, tienes que competir con arquitectos locales, indios…». «Estamos emigrando como mano de obra barata. También porque lo primero que buscas es tener un trabajo, aunque te paguen poco», añade Manuel Martín.
3.- No aspires a un puesto muy alto.
La mayoría de los arquitectos que trabaja fuera suele tener sueldos por debajo a su cualificación. “Siempre eres extranjero, claro que, por desgracia o por fortuna, hay categorías para todo. Eres extranjero de primera. Casi casi como uno de ellos, pero extranjero al fin y al cabo”, relataba una arquitecta con trabajo en Turín (Italia) al blog Sin perder el Norte. «Hoy en día, conociendo la crisis por la que está atravesando España y las necesidades de los arquitectos, muchos estudios extranjeros te ofrecen menos dinero por el simple hecho de ser español, lo que está comenzando a provocar malestar en los países a los que vamos porque se nos acusa de estar bajando los salarios. Además, a esto hay que sumar que aquí, en las escuelas de arquitectura, no se nos ha enseñado a pedir dinero por nuestro trabajo.
4.- El hándicap del idioma
Es fundamental conocer el idioma local, no sólo para trabajar, sino para poder progresar profesionalmente. «En cualquier país de la UE no vale sólo con el inglés. Si entras a trabajar a un estudio por tu currículum y por el inglés, a partir de uno o dos años te exigen el idioma del país. Ya sea el alemán suizo, el flamenco…», explica Almudena Rodríguez. «En Reino Unido, por ejemplo, es muy difícil que un arquitecto español llegue a cobrar lo mismo que sus equivalentes británicos. Para eso es necesario un nivel de inglés muy muy alto», añade.
En China, por su parte, conocer el idioma es fundamental. «No se habla demasiado inglés y fue un problema nada más llegar para buscar casa, por ejemplo. Tener un conocimiento de chino de subsistencia, con el que puedas hablar con el taxista, ir a comprar…. es básico», explica un expatriado.
5.- Haz números antes de marcharte
«Son muchos los arquitectos que van a Reino Unido sin trabajo a perfeccionar el idioma mientras encuentran un empleo. Son muchos los que piensan que, para estar parados en España, prefieren probar suerte en el extranjero», comenta Manuel Martín. Sin embargo, a la hora de elegir destino «es muy importante tener en cuenta el coste de la vida en el país al que queremos ir a trabajar», recomienza Almudena Rodríguez. «En países como Chile o Perú vas a vivir bien, pero no te vas a hacer rico. Se nos valora mucho y te sientes muy querido, pero no ganas lo suficiente para poder volverte. Los sueldos sólo te dan para vivir bien allí, no aquí», añade.
6.- Ponte en contacto con arquitectos en el extranjero
Conocer de primera mano las experiencias y dificultades de otros compañeros de profesión puede hacer el aterrizaje en un país desconocido mucho más sencillo. ¿Cómo empezar a buscar trabajo?, ¿cuánto cobra un arquitecto fuera de España?, ¿cómo resuelvo todas las dudas que tengo? ¿cómo me incorporo a mi nuevo trabajo…?, ¿a quién acudo en primera instancia?, ¿necesito convalidar mi título?
Preguntas a las que muchos arquitectos han encontrado respuestas en iniciativas como Fosarq, puesta en marcha por sindicato de arquitectos, que se ha convertido en un foro de encuentro para estos profesionales y ha creado una importante red de contactos a nivel nacional e internacional. «Contamos con experiencias personales de arquitectos en diferentes países, recabamos información sobre la situación laboral, económica y social de los arquitectos que están fuera, ponemos en contacto a arquitectos que están en España y quieren salir con los que ya están fuera…», explica Manuel Martín.
También está teniendo una gran acogida entre los profesionales de la arquitectura la web ‘en tránsito’ (http://veredes.es/entransito/), puesta en marcha en 2011 por dos jóvenes arquitectos gallegos, Alberto Alonso Oro y Ana Barreiro Blanco, que dieron forma a la sugerencia de oro arquitecto, Carlos Seoane. «Me puse en contacto con Ana, que en ese momento estaba en Londres, para empezar a dar forma al proyecto», explica a El Confidencial Alberto. «Cuando me lo comentó, me pareció tan interesante como necesario por mi experiencia vivida en el extranjero, ya que cuando me fui a Inglaterra perdí mucho tiempo intentando entender a qué puestos de trabajo podía acceder según mi CV. Por no hablar de la dificultad de entender los procesos burocráticos para convalidar el título o darse de alta en la Seguridad Social», relata Ana, quien decidió compartir toda la documentación y enlaces útiles que había conseguido recopilar durante sus años de trabajo en Londres.
En el Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM), los colegiados pueden acceder a una guía profesional con información sobre una veintena de países, mientras que en la Universidad Rey Juan Carlos los futuros arquitectos cuentan con un módulo dedicado a la internacionalización de la profesión.
Fuente: El Confidencial