Lo elemental, como lo monumental, puede despertar el mayor interés. Que un abanico de construcciones interese a los viajeros habla tanto de la amplitud de miras de los que buscan nuevas emociones como de la capacidad de una disciplina para dar respuestas diversas y para mirar con cierto optimismo el futuro. Comienza el viaje arquitectónico de 2015.
Shigeru Ban en Colorado
El primer museo en Estados Unidos del último premio Pritzker, Shigeru Ban, se acaba de inaugurar en Aspen, Colorado. En él, el arquitecto japonés investiga su obsesión más reciente: el espacio intermedio, los lugares que, como sucede en buena parte de su edificio para el Pompidou de Metz (Francia), no son ni dentro ni fuera. Así, la celosía de madera del Aspen Art Museum invita a asomarse. En el interior, tres plantas con salas de exposición, residencias de artistas y librería están coronadas por una terraza-jardín rasgada por claraboyas que llevan luz (y ahorro energético) al museo.
Construyendo África
Es poco habitual que un turista llegue a donde hay mucho por hacer pensando en unas vacaciones. Pero donde hay mucho por hacer resulta especialmente importante que lo poco construido sea ejemplar. El nuevo Centro Médico levantado por el equipo de Diébédo Francis Kéré se acaba de terminar en Léo, al sur de Ouagadougou, la capital de Burkina Faso. Más allá de servir como instalación sanitaria, el centro se convertirá en un modelo constructivo: está levantado por muchos de sus futuros usuarios. La autoconstrucción organizada está cambiando la faz de algunas arquitecturas africanas. Y lo más notable de estos edificios es su sencillez, lo necesario de su aportación y la naturalidad con la que se asume una manera de construir sostenible.
La mudanza del Whitney
A partir de 2015, el célebre edificio que Marcel Breuer levantó para el museo en la parte alta de Manhattan acogerá exposiciones del vecino museo Metropolitan. El Whitney se traslada al Meatpacking District, donde se concentra la vanguardia artística de Nueva York. La mudanza ha empezado este otoño, y el encargado de proyectar el nuevo edificio ha sido el genovés Renzo Piano. Su asimétrico inmueble tendrá la sala libre de columnas más amplia de la ciudad. El autor del Pompidou de París asegura que ha querido “mezclar a la gente y congelar la vitalidad del barrio”, y para lograrlo ofrece espacios abiertos y vistas al río Hudson.
Nouvel en el desierto
El Louvre Abu Dabi no quiere ser un oasis en el desierto. Pero el deseo de Jean Nouvel de que su edificio “pertenezca al país donde se ha levantado” resume el gran reto de las franquicias culturales. ¿Cómo ser a la vez Louvre y desierto? ¿Cómo no evocar al museo parisiense? El arquitecto considera que proporcionando encuentros excepcionales. Su museo no busca llamar la atención. Quiere aportar calma ofreciendo sombra y luz desde un gran símbolo de la arquitectura árabe: la cúpula, una enorme, de 180 metros de diámetro, redibujará, iluminada por la noche, el perfil de la ciudad.
Lecciones de madera y tierra
El mundo del futuro, que se estudia en el edificio Daiwa de la Universidad de Tokio, no tiene el aspecto futurista de la ciencia-ficción. El nuevo laboratorio de investigación informática diseñado por Kengo Kuma lejos de entrar por los ojos se cuela por el tacto. Así, las investigaciones que se realizan en el interior hablan al exterior desde una fachada de madera y tierra. Listones de madera de diversas alturas encierran un edificio rodeado de galerías que no solo recuerda la importancia de lo físico a los informáticos; también contrasta, con su cálida presencia, frente a los inmuebles de hormigón y metal que componen el resto del campus. Incluso en el reino virtual hay otros sentidos más allá de la vista.
Fuente: El Viajero