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El esbozo de la idea primaria, la síntesis dibujada a mano alzada es la herramienta más poderosa que tiene el Arquitecto para representar su idea arquitectónica. El proyecto que se genera en la mente del Arquitecto se traslada rápidamente al papel mediante un simbólico gesto expresado en un croquis primario, en el que se refleja lo más profundo y sustancial del mismo, sin perderse en la belleza de la superficialidad.

Hoy en día imbuidos como estamos en la vorágine de la inmediatez del resultado, más allá de la calidad final y gracias a las nuevas técnicas que disponemos estamos cayendo en la facilidad del dibujo digital, mucho más preciso pero también en detrimento de la libertad del proceso de creación del diseño del proyecto, más sujeto a las necesidades del medio que a la propia conceptualización de la obra arquitectónica.

El croquis, el esbozo a mano alzada debe ser una herramienta fundamental en el trabajo de un Arquitecto, en donde expresar libremente nuestra creatividad más allá de la realidad de las dimensiones. El análisis de estos dibujos nos permite valorar la composición de volúmenes y su relación entre sí, respondiendo a la cita del maestro Le Corbusier: “la Arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz”

En lo primario de estos croquis se refleja la pureza de la idea, el alma del proyecto y se puede observar el germen del nacimiento de lo que más adelante será el resultado arquitectónico definitivo. Es en estos esbozos iniciales en donde se trasladan al papel conceptos desligados, que se fusionan y avanzan en un dibujo tras otro. Lo más habitual es que se combinen dibujos con otras anotaciones, que poco a poco van cobrando vida propia y transformándose en una idea en la que muchas veces es su propio creador el que la descubre y la moldea más allá de lo que fue el concepto que tenía pensado inicialmente.

No se tratan por tanto de dibujos definitivos en sí mismos, no es un dibujo preciosista en el que nos perdemos en los detalles superficiales, muchas veces ni siquiera son mostrados en las publicaciones del propio Arquitecto y a pesar de ello, se tratan sin duda de los dibujos más importantes del Proyecto realizado. Una fase del pensamiento arquitectónico de enorme potencial, en la que más de una vez no nos servirán seguramente para el Proyecto finalmente presentado y quedarán guardados para ser “reciclados” en lo que será un futuro trabajo, relacionado o no, con el anterior; esta capacidad de mutación es lo que más grandeza y poder le conceden a estos croquis.

Fuente: Cosas de arquitectos


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