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“Lo primero que hace un arquitecto al acabar una obra es fotografiarla”, confiesa Iñaki Bergera, fotógrafo y arquitecto, comisario de la exposición “Fotografía y arquitectura moderna en España, 1925-1965” organizada por la Fundación ICO en PHotoEspaña 2014.

Durante mucho tiempo, la fotografía de edificios ha servido a la arquitectura como instrumento, pero en esta ocasión el protagonismo será para la imagen. “Se trata de la primera vez que se hace una exposición en España de fotografía y arquitectura desde el punto de vista de la fotografía. Permitirá descubrir quiénes eran los fotógrafos”, dice Bergera a RTVE.es.

El comisario de la muestra sugiere además la bidireccionalidad de ambas disciplinas: “La arquitectura puede inspirar y traducirse en fotografía. Pero también puede suceder que el carácter artístico de las imágenes de edificios permanezca y a su vez sirvan de fuente de inspiración, en un camino inverso”.

Para Bergera, el arte fotográfico se convierte en un medio “que responde a una necesidad” para el arquitecto. Plasma icónicamente la percepción visual del edificio y la convierte en una firma. “La fotografía es un instrumento fundamental para dar a conocer la arquitectura. Retratar los edificios y canalizar la difusión de esas imágenes es un trabajo colectivo”.

 

40 años en imágenes
La exposición podrá visitarse en el Museo ICO entre los días 4 de junio y 7 de septiembre. Reúne 250 fotografías relacionadas con la arquitectura moderna realizadas por cerca de 40 fotógrafos durante más de cuatro décadas. Nombres como Català-Roca, Pando, Kindel, Paco Gómez, Schommer y Ferriz entre otros, firman imágenes impecables “cada una de las cuales cuenta una historia”, en palabras del comisario.

La muestra no solo aspira a reflejar la evolución de la arquitectura a través de la expresión fotográfica. También dejará constancia de la productiva simbiosis entre ambas, y así lo argumenta Bergera: “La arquitectura moderna se hizo a golpe de acero, hormigón y cristal, pero se consolidó y creció gracias a la diseminación de sus imágenes. Después su historiografía se estructuró sustancialmente a partir de su fuente documental irrefutable: las fotografías”.

Diseñar el espacio y recordarlo
La fotografía más antigua que se conserva, la primera fijada con éxito, es una imagen de edificios tomada en 1826 por el francés Niepce. Desde entonces, la belleza o factura de la construcción arquitectónica no ha dejado de inspirar a la cámara en diferentes formas, o de prestar un servicio de expresión plástica de lo construido.

“En una primera etapa, primaba la condición aséptica el edificio como obra en si. Ahora se intenta plasmar la condición el edificio ‘vivido’ en las fotografías”, comenta Iñaki Bergera, que diferencia entre una «teatralización» en la forma de mostrar las construcciones, o bien un modo «naturalizado».

El equipo arquitecto y fotógrafo
Fuera de España la figura del fotógrafo de arquitectura alcanzó cierto grado de especialización. Es el caso por ejemplo de Lucien Hervé, que hizo dúo con Le Corbusier. En nuestro país, sin embargo, esta modalidad fue una faceta añadida a la producción artística de cada autor.

“De una manera más específica quizás podría mencionar el trabajo de Catalá-Roca”, apunta el responsable, que empareja a este fotógrafo con el arquitecto José Antonio Coderch. También resalta el vínculo entre las imágenes de Kindel –seudónimo de Joaquín del Palacio- y las construcciones de Fernández del Amo.

Finalmente, recomienda la visita porque “esas fotos son iconos y paradigmas de lo mejor y lo peor de la arquitectura moderna en España”.

Día a día usamos el espacio que los arquitectos doman y moldean al dictado de la inspiración o de la necesidad, y en la memoria guardamos las imágenes de esos edificios como una parte inseparable de la experiencia vital. Ahora PHotoEspaña nos brinda la ocasión de disfrutar de una escogida muestra de esos iconos.

Fuente: RTVE