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arquitectosSitúan al ciudadano como protagonista. Iñaki Alday y Margarita Jover han sido autores de obras emblemáticas de paisaje como el Parque del Agua de Zaragoza y la recuperación de las Riberas del río Gállego; de espacio público urbano, como la integración del tranvía de Zaragoza, y de arquitectura, como el Centro Cultural El Molino o la Central de Energía DHC de Zaragoza.

Acaban de finalizar el Parque de Aranzadi en Pamplona y se encuentran inmersos en la nueva Diagonal Verde, en Barcelona, en la que peatones y bicicletas son los protagonistas. Además, Alday fue nombrado en 2011 catedrático y director del Departamento de Arquitectura de la Universidad de Virginia. En Charlottesville, el estudio ha abierto una nueva oficina.

¿Qué es la arquitectura ?

Es la transformación de nuestro espacio físico, de vivir, de relacionarse. Incluye edificios y espacio público –salas de estar al aire libre, plazas y calles–. La arquitectura lleva a cabo espacios adecuados, los hace bellos, placenteros y culturalmente interesantes. Explica cómo es la sociedad.

Entonces, ¿cuál es la labor del arquitecto?

Es alguien capaz de poner en el mismo plato la cantidad de intereses, datos y posibles contrapartes. Cualquier obra de arquitectura es compleja –intervienen factores como usos, personalidades o económicos– y este profesional tiene como misión no olvidarse y valorar todos los datos, para a partir de eso, crear una pieza hecha a medida de esa situación, que es culturalmente relevante, a la vez que hace pequeños avances en la historia de la cultura.

¿En qué momento se encuentra la disciplina?

El mundo está cambiando y para la arquitectura, como para otras actividades, es un momento de reflexión y de plantearse cuáles son las prioridades y los objetivos. El cambio que se ha producido en España en los últimos 30 o 35 años es impresionante. Los arquitectos han estado implicados en la construcción del país y han equipado España de escuelas, hospitales… Esta crisis ha llegado en un momento de burbuja inmobiliaria que no merece el calificativo de arquitectura, la crisis ha parado este negocio sobre la construcción y no debería parar la actividad de la arquitectura como movimiento de la sociedad.

Pero aún hay países en los que la arquitectura se usa como si fuera propaganda…

Este es uno de los temas sobre los que reflexionar en este momento. Siempre habrá de todo, pero creo que está cambiando la percepción del mundo entero. Para parte de la sociedad esto sería normal en el año 2000, pero la crisis nos está haciendo ver que no es ética ni socialmente sostenible. La arquitectura está al servicio de la sociedad, y no al servicio de un déspota.

¿Significa que se ha cambiado el modo de hacer y entender la arquitectura?

Han aparecido conceptos nuevos, como arquitectura y sociedad o arquitectura y ciudadano. La arquitectura le hace partícipe del diseño, hace que tenga voz. El arquitecto tiene como misión aplicar su conocimiento, pero una tendencia es que el ciudadano es parte de ese proceso y avance. Es algo que la crisis ha hecho que se potencie.

¿También en España?

España ha mantenido esta reconexión de la arquitectura con el lugar. Cada pieza responde a un sitio, a unas condiciones y a unos materiales. Esta arquitectura del lugar es una tendencia que se está recuperando frente a la arquitectura del objeto icónico.

¿Qué diría de la situación de la arquitectura española?

Es uno de los referentes a nivel mundial, junto con países como Suiza o Japón. Durante los últimos 20 años los ojos del mundo se han posado en España en este proceso de reconstrucción del país y de espacios públicos. La situación de excitación arquitectónica no es la actual. Es importante entender que el mundo es muy amplio y no hay que tener fronteras limitadas de movilidad.

 

Fuente: Expansión


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