El arquitecto alemán de renombre mundial Frei Otto ha fallecido este lunes, un dia antes de que el comité del premio Pritzker, considerado el Premio Nobel de la arquitectura, anunciase que es el ganador de la edición de este año.
A pesar de la «triste noticia» de su muerte, el jurado ha explicado que falló el galardón a principios de año y que representantes de la organización pudieron comunicar y compartir la decisión con el arquitecto en vida.
«La noticia de su muerte es muy triste. Esto no tienen precedentes en la historia del premio. Nos alegramos de que el jurado le premiara en vida», ha indicado la entidad en un comunicado.
Cuando al arquitecto, de casi 90 años, recibió la visita en su estudio en Warmbronn, cerca de la ciudad alemana de Stuttgart, agradeció el premio y aseguró: «El tiempo que me quede lo emplearé en hacer lo que he estado haciendo, que es ayudar a la humanidad. He aquí un hombre feliz».
Una mente curiosa con ideas visionarias
Otto, célebre por el diseño del techo del Estadio de Múnich para los Juegos Olímpicos de 1972, ha sido recompensado por sus «ideas visionarias, su mente curiosa, su fe en el intercambio de conocimientos e invenciones, su espíritu de cooperación y su deseo de utilizar los recursos con cuidado», según el comité Pritzker, para quien la carrera del arquitecto alemán «es un modelo para generaciones de arquitectos y su influencia se continuará sintiendo».
Entre otras obras del arquitecto, destaca el Pabellón de Japón en la Expo 2000 de Hannover (Alemania), un proyecto realizado junto con Shigeru Ban, ganador del Premio Pritzker en 2014, el Pabellón alemán para la Exposición Universal en Montreal (1967) o la Iglesia de San Lucas en Bremen (1963). En la ceremonia de entrega del premio, que se celebrará el 15 de mayo en Miami (EEUU) en el New World Center, se recordará su obra.