La construcción y arquitectura sostenibles tienen el objetivo de disminuir el impacto sobre el Medio Ambiente, a través del ahorro de energía y la eficiencia de los recursos.
La Sostenibilidad incluye los siguientes principios:
- Reducir al mínimo el consumo no renovable de los recursos.
- Mejorar el medio ambiente natural.
- Eliminar o reducir al mínimo el uso de toxinas.
La construcción sostenible puede definirse como las prácticas de construcción que se esfuerzan en lograr la Calidad de una manera muy amplia, incluido el desempeño económico, social y ecológico. Esto implica considerar el ciclo de vida de los edificios, teniendo en cuenta la calidad ambiental, la calidad funcional y la de los valores futuros.
En el pasado, la atención en muchos países se ha centrado principalmente en el tamaño de los edificios, mientras que la calidad no ha jugado un papel importante. Sin embargo el mercado de la construcción y la vivienda está saturado en la mayoría de los países y la demanda de calidad está creciendo en importancia.
El proyecto de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos identifica cinco objetivos para los edificios sostenibles:
- Eficiencia de los Recursos.
- Eficiencia Energética, incluyendo la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
- Prevención de la Contaminación, incluida la Calidad del aire interior y la reducción de ruido.
- Armonización con el Medio Ambiente, incluida la Evaluación ambiental.
- Enfoques integrados y sistémicos, incluyendo el Sistema de Gestión Ambiental
Los principios del Código Verde de la Arquitectura son:
- Demoler y reconstruir solo cuando no es factible volver a utilizar, adaptar o ampliar una estructura existente.
- Reducir la necesidad de transporte durante la demolición, renovación y construcción, y controlar rigurosamente todos los procesos para reducir el ruido, polvo, vibraciones, contaminación y desechos.
- Aprovechar al máximo el lugar de emplazamiento, por ejemplo. mediante el estudio de su historia y uso, microclimas locales, vientos predominantes y patrones climáticos, orientación solar, sistema de transporte público y forma de los edificios circundantes.
- Diseñar el edificio para reducir al mínimo su impacto en el medio ambiente durante su vida útil, que sea de fácil mantenimiento, e incorporar técnicas para la conservación de energía y agua, y reducir las emisiones a la tierra, el agua y el aire.
- Siempre que sea posible, utilizar las técnicas de construcción que sean autóctonas de la zona, aprendiendo de las tradiciones locales en materiales y en el diseño.
- Anteponer la función del edificio y la comodidad de sus ocupantes a cualquier preferencia del propietario o del diseñador. Es decir, que sea seguro, flexible y adaptable, para satisfacer las necesidades futuras.
- Construir con la calidad apropiada y de acuerdo a las últimas tecnologías. La longevidad depende mucho de la forma, los acabados y el método de ensamblaje utilizado, así como del material utilizado.
Evitar el uso de materiales de fuentes no renovables, o que no pueden ser reutilizados o reciclados, especialmente en las estructuras que tienen una vida corta.