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Se trata de un conjunto único, enmarcado por un entorno natural y paisajístico de excepción. Comillas puede presumir de ser cuna de inspiración de los mejores maestros modernistas. Gaudí, Martorell o Llimona dejaron su huella en la localidad cántabra. El Marqués de Comillas fue el impulsor de las obras más emblemáticas de la villa.

 

Palacio de Sobrellano

Es obra del arquitecto Joan Martorell y se inauguró en 1888 se inauguró el Palacio de Sobrellano. Residencia de los marqueses de Comillas, el palacio es una miscelánea de estilos: desde el gótico civil inglés hasta un tratamiento de los relieves cercano a los mozárabes musulmanes, pasando por elementos palaciegos venecianos.

A su lado está la Capilla-Panteón de los marqueses de Comillas, también de Martorell y con mobiliario de Antoni Gaudí. El modelo es el gótico perpendicular inglés y centroeuropeo; el resultado, una catedral en miniatura.

 

La Puerta de los Pájaros

La Casa de Moro necesitaba una portilla para coches. En 1900, el trabajo le fue encargado a Gaudí. Con desechos de piedra y materiales tradicionales en la construcción de muretes, el arquitecto creó un acceso lleno de fantasía. ¿Que por qué un agujero? Para que entren los pájaros.

 

Y por supuesto… El Capricho de Gaudí

Construido entre 1883-1885, parece sacado de un cuento. Es un edificio que suma un diseño inteligente a la par que onírico. Se trata de una residencia de verano con fantasiosos torreones y característicos azulejos con el relieve de girasoles. De hecho, Gaudí desarrolló las estancias interiores para un aprovechamiento óptimo de las horas de sol, tal y como hacen los girasoles.

El Capricho consta de semisótano, piso y buhardilla, con una torre lateral. Las fachadas muestran alternancia de franjas horizontales de ladrillo visto y frisos de cerámica con motivos vegetales de la flor y la hoja del girasol.

 

Fuente: 20minutos
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