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Situado en Matiko, uno de los barrios periféricos de la capital vizcaína, el antiguo edificio industrial entre medianeras, cedido al Ayuntamiento por la familia Irazabal, ha sido transformado en el Centro Auzo Factory Irazabal Matiko, una dotación para albergar nuevas actividades empresariales con iniciativas ligadas al sector de las tecnologías y, en la planta baja, la celebración de eventos vecinales.

La intervención de Luis Suárez y Asier Santas para rehabilitar el inmueble en desuso está determinada por un presupuesto reducido. Además del acondicionamiento interior, el proyecto contempla cubrir el esqueleto estructural con una nueva piel, recurriendo a una solución económica: las bandejas portacables de acero galvanizado en caliente, piezas comunes en  las instalaciones eléctricas a las que el estudio bilbaíno ha conferido virtud estética.

Para aumentar la iluminación natural entrante, las carpinterías antiguas se sustituyen por otras ajustadas a los haces interiores de la estructura. En el extremo oeste, la fachada está abierta en cada planta con un hueco pintado en distintos colores, que permite cumplir con las exigencias de accesibilidad en caso de incendio.

 

Fuente: Arquitectura Viva