}
lunes-viernes: 9:30-13:30 (tardes con cita previa)

Nuestro país es uno de los mejor representados en Monditalia, la sección ideada por Rem Koolhaas en la Bienal de Venecia para hablar de las transformaciones arquitectónicas en Italia. Además, dos de los proyectos han resultado premiados.

65 países participan este año en la 14 edición de la Bienal de Arquitectura de Venecia. 46.000 metros cuadrados para repensar la arquitectura desde la arquitectura misma, mirando al pasado para centrarse en el futuro, como aseguraba su director, el arquitecto Rem Koolhass (Róterdam, 1944) en la inauguración. Un pasado que se remonta a 1914, comienzo de la I Guerra Mundial y también inicio de una nueva era, la de la modernidad que es también una de las premisas de la exposición que han seguido todos los pabellones nacionales. Un repaso por los últimos cien años que deja paso a la sección principal: Elemens of Architecture, donde el comisario muestra esos elementos que representan los puntos clave de la disciplina (Pabellón Central). Allí está el proyecto de Alejandro Zaera-Polo, uno de los arquitectos españoles presentes en esta Bienal cuya participación se ha materializado gracias al apoyo de Acción Cultural Española (AC/E).

Pero es en la sección Monditalia donde hay más españoles presentes. «Es el país mejor representado en el Arsenale», confirma Beatriz Colomina, una de las arquitectas seleccionadas por Koolhaas para participar en este mapeo de Italia y cuyo proyecto Radical Pedagogies ha recibido una mención especial del jurado. Junto a ella, Andrés Jaque, León de Plata de esta 14 edición, Beatriz Preciado e Ignacio González Galán, todos bajo el paraguas de AC/E, se encuentran entre los 41 trabajos que el comisario holandés ha reunido para dibujar «el atlas de transformaciones arquitectónicas y urbanísticas que se han dado en Italia y que pueden entenderse como buenos ejemplos en procesos globales», explica Jaque. Sin olvidar la pincelada española en el pabellón de EE.UU. donde Daniel Fernández Pascual construye mapas de pensamiento en un espacio co-comisariado por la catalana Eva Franch i Gilabert.

Aunque para Jaque «la práctica de la arquitectura ya no es nacional. Doy clases en Columbia en Nueva York. En nuestra oficina estamos desarrollando proyectos en Holanda, Israel y Abu Dhabi. Nuestro equipo está formado por arquitectos de tres continentes y nos dedicamos a explorar las posibilidades de procesos que atraviesan océanos, estados, mercados y contextos productivos. Hablar de arquitectura española es, en estos momentos, algo impreciso», dice el ganador del León de Plata al mejor proyecto de investigación de la Bienal, en la que hace doblete al participar también en el pabellón suizo en un tributo a dos de los arquitectos más visionarios del siglo XX, Burckhardt y Cedric Price.

Pero lo cierto es que la arquitectura española vive uno de sus momentos más dulces y que, mientras la crisis del sector ha acabado con muchos profesionales en nuestro país, los mejores han puesto rumbo hacia las universidades más prestigiosas: Zaera-Polo da clase en Princeton, la misma universidad donde Colomina es catedrática y directora del programa en Medios y Modernidad, Iñaki Ábalos en Harvard, Juan Herreros en Columbia, Antón García-Abril en el MIT de Boston… «La academia americana está ocupada por los españoles», asegura Beatriz Colomina (Madrid, 1952) que habla desde dentro, ya que ella es una de las pioneras y lleva en Nueva York desde 1988.

Ahora es también una de las presentes en Monditalia donde ha presentado su Radical Pedagogies, toda una pared que recoge los movimientos pedagógicos más innovadores, «desde que aparecen en los 60, pasando por su momento álgido ya casi en los 70 y recorriendo las ciudades donde hay más experimentos, desde Valparaíso a Londres, desde Nueva York a India», explica. En esta especie de atlas de casos especiales, organizado por longitudes geográficas, hay toda una sección del trabajo dedicada a Italia, en parte por exigencias del guión pero «también porque en aquellos años el país vivía su punto culminante dentro de la arquitectura y la pedagogía», añade.

Televisión y urbanismo

Desde una óptica bien distinta se ha enfrentado Andrés Jaque (Madrid, 1971) a su proyecto para Monditalia: «una investigación sobre cómo la arquitectura, desde la postguerra europea hasta el presente, ha conectado el espacio edificado con los contenidos televisivos y con los espacios online de las redes sociales». SALES ODDITY. Milano 2 and the Politics of Direct-to-Home TV Urbanism ha estudiado el efecto de la RAI en Milán y el de Mediaset en Milano2, la más importante de las urbanizaciones diseñada por Silvio Berlusconi y sus equipos de Edilnord y Fininvest, en el día a día de toda una población. «Nuestra intención era explicar cómo opera una realidad que a todos nos afecta, pero que es invisible».

El jurado, entre los que se encontraba el arquitecto chino Hou Hanru, eligió su trabajo por tratar sobre cómo el poder de los medios ocupa otros espacios sociales que no le corresponde, física y políticamente. «Tendemos a pensar que vivimos en naciones gobernadas por políticos, pero en realidad habitamos complejos sociotecnológicos, y es la tecnología la que define nuestro estilo de vida. Solo puede haber una oportunidad para la política, la democracia o para sociedades inclusivas y equitativas, si inyectamos pluralidad en estos urbanismos transmediáticos», continúa Jaque.

Pensamiento crítico

Los últimos años han sido críticos para la arquitectura y hemos visto cómo el pensamiento arquitectónico se dirigía hacia la sostenibilidad, hacia el entorno. Ha cambiado el discurso y también las escuelas, que ahora se interrelacionan con las ciencias, la energía y la tecnología. Experiencias como las de la Bienal de Arquitectura de Venecia lo hacen posible. «Lo más importante -dice Colomina- es que nos fuerza a todos a pensar pero también anima a pensar al público en general y la arquitectura llega así a un público más amplio. Mostrar solo lo último, que ahora con internet ya lo vemos cada día, ya no es suficiente».

«Sin investigación y sin cuestionar la realidad que nos rodea, la arquitectura se convierte en un divertimento banal», añade Jaque cuya práctica se centra precisamente en la investigación y cuyos proyectos, «como éste o como IKEA Disobedients, son las que hacen posibles trabajos como los ESCARAVOX o como la Casa Diocesana de Plasencia que han mejorado la vida de mucha gente». «Está siendo una muy buena edición de la Bienal, con cierta polémica pero también por eso está bien», asegura Colomina.

Fuente: El cultural