El correcto acondicionamiento térmico de los inmuebles no sólo repercute en algo tan importante como el confort de los usuarios, sino que también es crucial a la hora de reducir el consumo energético. Este aspecto siempre ha sido muy importante pero hoy lo es aún más, tanto por el aumento del coste de la energía como por la creciente tendencia hacia la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente. Así, en el seno de la UE, para 2020 se plantea el desafío de los ECCN, los edificios con consumo energético casi nulo.
Hace no mucho tiempo, el aislamiento térmico era un aspecto apenas contemplado por arquitectos, constructores, promotores y usuarios. Afortunadamente, esta situación ha ido cambiando. En parte, impulsada por la toma de conciencia de los diversos actores. Pero también por el empuje de la normativa que ha aumentado las exigencias en este ámbito. “Nos encontramos en un momento en el que la importancia del aislamiento térmico está creciendo. En el marco de la Norma Básica, el aislamiento térmico jugaba un papel muy secundario. Con el Código Técnico de la Edificación (CTE), cobró protagonismo. Y en un futuro cercano, con la Directiva de Eficiencia Energética en la Edificación, la irrupción de la Certificación Energética de Edificios, el concepto de Edificios de Consumo Casi Nulo (ECCN) y la revisión del DB-HE1 del CTE, el aislamiento térmico va a convertirse en una parte fundamental del edificio”, asegura Álvaro Pimentel, Secretario General de la Asociación Técnica del Poliuretano Aplicado (ATEPA).
Igualmente, Marta Vales, Técnico de Padreiro-Tripomant, considera que “el aislamiento térmico de las edificaciones no es un tema banal, sino que se considera de suma importancia el cumplimiento de los requisitos mínimos exigidos por el CTE.
Este aspecto de la construcción de una vivienda o edificio no sólo incide directamente sobre la habitabilidad final del mismo, en relación con la sensación de confort que genera para el usuario, sino que repercute directamente en el consumo energético del edificio y, consecuentemente, en lo respetuoso de los parques edificatorios sobre la naturaleza.
La liberación de CO2 a la atmósfera es un factor clave dependiente en la construcción de forma directa del grado de aislamiento aplicado. Y en el momento en el que vivimos no se puede obviar las consecuencias que esto tiene para el medio ambiente”.
Jordi Bolea, Technical Regulations Manager de Rockwool Peninsular, apunta que “nuestros edificios son los responsables del 40% del consumo energético en Europa y Estados Unidos. Tenemos las herramientas necesarias para construir edificios atractivos, asequibles y eficientes energéticamente. Hay estudios de Ecofys y la Universidad Técnica de Dinamarca que indican que es posible realizar en los edificios mejoras en eficiencia energética rentables en un 80%”.
Más que ahorro y confort.
Así pues, el aislamiento térmico se ha colocado en primer plano. “El aislamiento ha pasado de ser una cuestión importante a una cuestión vital a la hora de edificar y rehabilitar nuestros edificios”, asegura Silvia Herranz, analista del departamento Técnico de Ursa Ibérica Aislantes-Grupo Uralita. Y se ha convertido en un aspecto muy valorado por las múltiples ventajas que ofrece.
Fuente: Promateriales