¿Y si la solución para proteger nuestro patrimonio arquitectónico estuviera en utilizar los materiales originales con el que se construyó? Lo está probando un equipo de investigadores de la Universidad de Sevilla, que apuesta por actualizar los materiales empleados originalmente en la construcción de nuestros monumentos para mejorar la protección las fachadas ante el ataque de acciones externas procedentes de la atmósfera como los gases contaminantes o la lluvia, una solución que también permite reducir el coste asociado a este tipo de reconstrucciones, según afirman en el artículo Study and restoration of the Seville City Hall façade, publicado en la revistaConstruction and Building Materials y recogido por la Fundación Descubre.
Primeras pruebas en Sevilla
Morteros de cal, cal hidráulica o jabelga (mezcla de cal, marmolina y agua) son algunos de los materiales que, según los investigadores, mejoran la reconstrucción. En palabras de la investigadora principal del proyecto, Lola Robador, «en ocasiones, los productos utilizados actualmente procedentes de la industria de los polímeros, no tienen la compatibilidad y durabilidad necesaria con los materiales originales, de forma que su efecto protector es menor e incluso nocivo ante agentes destructivos». En concreto, los especialistas ya han aplicado este nuevo método con piedra caliza en las fachadas Sur y Este del Ayuntamiento o la Puerta de Marchena del Real Alcázar de Sevilla.
Nuevas líneas de trabajo
Una de las principales aplicaciones que surgen a partir del estudio es la posibilidad de emplear esta nueva técnica de restauración en otros emplazamientos más actuales que utilizan materiales de nueva construcción. Además, los datos recogidos han permitido a los expertos abrir nuevas líneas de trabajo con el objetivo de profundizar en el estudio de la luminosidad que ciertos materiales pueden aportar a las ciudades gracias a la recuperación de su color original. «Trabajamos en un mayor desarrollo tecnológico del proceso de restauración para hacer que las ciudades recuperen su luz y colorido auténtico», apostilla la investigadora.