Dubai, Moscú y, ahora, Nueva York. El arquitecto italiano David Fisher ha anunciado que la «ciudad de los rascacielos» será el próximo lugar donde levantará su característico proyecto de Torre Dinámica. Es el primer rascacielos giratorio y de autosuficiencia energética, ya que genera electricidad a partir de la energía del sol y el viento gracias a las 79 turbinas eólicas dispuestas horizontalmente entre cada piso y a los paneles fotovoltaicos de los techos. Con ello podría suministrar energía también a los edificios colindantes.
El mecanismo destaca por su aparente simpleza, ya que consiste en unidades prefabricadas que harían las veces de plantas y que giran en torno a un eje central. El sistema permite a sus ocupantes girar la orientación de cada piso para cambiar de vista o seguir al sol. Accionado por una simple orden vocal, cada vivienda puede girar sobre el eje a una velocidad variable entre 1 a 3 horas para una vuelta completa. Es un «edificio inteligente», equipado con los últimos adelantos de la domótica, apunta Fisher. Se puede desayunar mirando la salida del sol y cenar con vistas al crepúsculo en la misma habitación, o agasajar a los amigos en un salón con vista variable.
«Estos edificios abrirán hacia una nueva vida las perspectivas alrededor nuestro», asegura el arquitecto. Y como cada piso rota, el aspecto general del edificio, listo para ocupación en 2010, «tendrá formas infinitas».
CON PIEZAS PREFABRICADA
La Torre Dinámica también es el primer edificio que se construirá enteramente con piezas prefabricadas, con el objetivo de reducir los tiempos de construcción en un 30% y los costes en más de un 10%. Según el creador de la idea, la construcción de las torres giratorias sólo requerirá 600 personas para la obra de montaje y 80 técnicos en la construcción, en lugar de las 2.000 personas que habrían sido necesarias para realizar un edificio tradicional de las mismas dimensiones.
En principio, la velocidad de construcción será de un piso por semana, merced a un nuevo método de construcción: el núcleo central de la torre se levantará a pie de obra, y los pisos se realizarán sección por sección en la fábrica y se engancharán al eje central cuando se monten, ya amueblados y con todas las instalaciones.
Otra característica de estos edificios será la facilidad de mantenimiento, considerando que todas las partes se podrán inspeccionar y reparar independientemente, de forma que los edificios podrán durar más que otras construcciones contemporáneas. Fisher destaca que la prefabricación será la forma de construcción del futuro, porque permitirá «obras limpias y verdes sin ruido, polvo, emisiones o desechos, con mayor seguridad en el puesto de trabajo, tiempos de construcción más breves y menores consumos de energía».
Con este proyecto, el visionario arquitecto pretende introducir una nueva filosofía que desafíe a la construcción tradicional y abra una era para la ingeniería, que él califica como «arquitectura dinámica» porque «introduce una cuarta dimensión en el diseño: el tiempo».
«Hemos hablado con varios promotores y la tercera torre se construirá en Nueva York», explica Fisher. El arquitecto asegura que ha recibido peticiones de Canadá, Alemania, Italia, Corea del Sur y Suiza. El éxito para la comercialización de estas viviendas parece asegurado. De momento vende los apartamentos de Dubai y Moscú. Está previsto que éste último pueda concluirse a finales de 2010.
El rascacielos de Emiratos Árabes medirá 420 metros de altura y tendrá 80 pisos, de los que los primeros veinte serán oficinas; los quince siguientes, un hotel de seis estrellas; los 35 siguientes, apartamentos de lujo (desde 124 metros cuadrados), y los últimos diez, viviendas de 1.200 metros cuadrados, con ascensor privado, jardín, piscina y aparcamiento dentro del piso.
Según los cálculos previos, el precio de un metro cuadrado en un apartamento en las plantas superiores del futuro rascacielos podría ascender hasta los 19.000 euros (30.000 dólares). Cada una de las plantas del primer edificio en movimiento gira a una velocidad escogida por el inquilino y rota de forma independiente con respecto a los demás pisos, por lo que el edificio cambia de forma constantemente. La «Torre Giratoria» de la capital rusa tendrá las mismas características que la de Dubai, aunque será un poco más baja (70 pisos y 400 metros de altura).
El hecho de que cada inquilino pueda variar la orientación de su piso, significará que el edificio estará cambiando de forma constantemente
ENERGÉTICAMENTE AUTOSUFICIENTE
La Torre Giratoria es el primer edificio de la historia autosuficiente energéticamente, que produce la energía que necesita tomándola directamente de fuentes naturales. Puede generar electricidad gracias a las turbinas eólicas que están montadas horizontalmente entre los pisos. Mientras las tradicionales turbinas verticales tienen un impacto negativo en el ambiente, imagen, dimensiones, anclaje en el terreno, carreteras para construirlas y para el mantenimiento… todos estos aspectos no interesan a las turbinas horizontales que se encuentran entre los pisos de un edificio.
Éstas producirán la energía suficiente para cubrir las necesidades del edificio y podrán suministrar una ulterior energía verde a la red. Las turbinas serán silenciosas gracias a su forma y al material, fibra de carbono. Para aprovechar la luz del sol se instalarán células fotovoltaicas en el techo de cada piso giratorio. En un edificio de 80 pisos también habrá 80 techos. Por lo tanto, aunque sólo se exponga el 20% de la superficie del techo al sol o a la luz, se aprovechará el 20% de las superficies multiplicado por 80. Por lo tanto, la relativa superficie de estos techos corresponderá a la superficie de 10 edificios.
También gracias al sistema de rotación, las células fotovoltaicas podrán tener la máxima exposición a la luz del sol. Se usarán convectores solares para acondicionar el aire.
Y materiales naturales, como la cerámica, el cristal, la madera y el mármol, se emplearán en los interiores. Los desechos se separarán para el reciclaje.
Éstos serán los primeros edificios de alta eficiencia energética, producidos en fábrica, con tiempos y costes de construcción inferiores a los de edificios construidos con métodos tradicionales. La prefabricación también permitirá obras limpias y verdes sin ruido, polvo, emisiones, desechos, mayor seguridad en el puesto de trabajo y menos imprevistos. Tiempos de construcción más breves también conllevarán menores consumos de energía, hasta 1/50 con respecto a los métodos de construcción tradicionales.
Fuente: Edirectivos