Más allá del interiorismo o de esa función por el afán de embellecer y singularizar el resultado o por marcar las diferencias de éste con convecinos a partir de su frescura, capacidad de sorpresa, refinamiento, originalidad, etc…. Debemos entender que el color es una variable destacada del diseño edificatorio.
Frete a la importancia estética (Con independencia de las épocas, gustos o tendencias) La función práctica ligada al color en la arquitectura deriva en una serie de factores que debemos conocer ante el futuro edificio a construir. Como ejemplo; Para enfriar o calentar los interiores, según el mayor o menor grado de adsorción de los rayos solares o esa función simbólica, vinculado a los matices espirituales, intangibles, sensitivos e incluso psicológicos, o dar forma donde no existe, separar, iluminar espacios…etc. En definitiva, el optar por un color u otro determinará en parte el carácter de nuestra edificación.
El tipo de color que utilicemos en nuestro arquitectura afectará de forma contundente tanto la forma de entender el edificio como de sentirlo. Se ha demostrad que un ambiente decorado con colores fríos como azul, índigo, violeta y verde puede bajar nuestra temperatura y uno con colores cálidos como rojo, naranja o amarillo, características que se acrecientan o reducen con la luz, por lo que la iluminación tanto exterior o interior en los edificios determinará de forma contundente a forma de entender el color.
De una persona a otra, la percepción del color es diferente al depender totalmente de la sensibilidad del ojo por lo que volvemos a recalcar que la luz y el color van aparejados, uno sin el otro no pueden vivir.
Por otro lado el color posee una temperatura o apariencia que permite clasificarlos en:
- Frío.
- Intermedio.
- Cálido.
Para que se produzca un confort visual ha de existir una proporción adecuada entre la temperatura del color y la iluminación.
Cuando un solo color predomina un espacio, nuestro cerebro “fabrica” el color complementario para lograr un espectro lo más parecido a la luz blanca (la más completa y equilibrada ya que incluye todas las frecuencias electromagnéticas), por esto, si permanecemos mucho tiempo observando un mismo color, hemos de colocar colores complementarios al lado para reducir los niveles de fatiga ocular y mental.
Fuente: Ovacen