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Algunos de los proyectos que más necesitan las ciudades no tienen nombre, carecen de tipología. O combinan muchos usos. Es el caso de este proyecto en Errentería (Guipúzcoa). Allí, el desarrollismo industrial de los 60 marcó el extrarradio con barrios como Galtzaraborda, donde la gran cantidad de vivienda, destinada a absorber la ola migratoria, produjo un urbanismo de graves carencias, ausencia de espacio público y falta de accesibilidad.


A medida que este tipo de barrios se ha ido consolidando y ha aumentado su densidad, la torpeza urbanística se ha agravado también. Así, fue en ese contexto donde el ayuntamiento les pidió, a los arquitectos del estudio donostiarra VAUMM, un zurcido urbano, una reparación capaz de unir, esponjar y, por supuesto mejorar, el vecindario.

Los proyectistas partieron del problema fundamental: un solar central todavía sin urbanizar que fracturaba el vecindario. Allí construirían un garaje para despejar las calles, sin embargo, además de resolver ese edificio, los arquitectos aprovecharon la ocasión para construir una infraestructura de ascensores, plazas, parques y escaleras capaz de resolver con una única intervención buena parte de los problemas urbanos del barrio.
Así, a un programa de 111 aparcamientos, dividido en dos edificios con dos torres de ascensores panorámicos, se sumaron nuevos recorridos, rampas, escaleras y plazas sobre las cubiertas de los aparcamientos.

¿Urbanismo, paisajismo o arquitectura? Este proyecto conecta los espacios públicos y las intervenciones laterales y garantiza el acceso en vertical desde el punto más alto del barrio hasta la cota más baja. Los nuevos inmuebles forman dos volúmenes semienterrados que engullen el desnivel del solar y, a cambio, “devuelven” plazas públicas. Muchos aparcamientos no están cerrados con paramentos, por eso una fachada semitrasparente evita que el edificio que contiene ese garaje tenga un frente ciego.

Las cubiertas ajardinadas restituyen los espacios verdes ocupados por los aparcamientos, sirven de conexión entre diversas calles y alturas del barrio e introducen cambio, naturaleza y unión en un entorno urbano densificado.

Fuente: El Pais