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En el momento actual, en el que la construcción demanda procesos industrializados y controles de calidad, la ejecución de fachadas ligeras se configura como la respuesta más idónea para todo tipo de edificios.

Además de la rapidez y facilidad de ejecución, una de sus mejores bazas es la enorme versatilidad gracias a las múltiples posibilidades de configuración que ofrece en función de la composición arquitectónica, materiales empleados, tipo de montaje, etc. Su variedad es tal que permite adaptarse a cualquier proyecto.

La fachada ligera se ha convertido en un auténtico estándar en la construcción de determinado tipo de edificios. Oficinas, estaciones de bus y tren, aeropuertos, centros comerciales, edificios de la Administración, instituciones culturales, hoteles, hospitales, centros educativos…

La fachada ligera, sea del tipo que sea, suele ser protagonista en todos estos equipamientos. Pero su presencia no se limita a las nuevas construcciones, sino que es una solución perfectamente integrable en actuaciones de rehabilitación. Y esto es especialmente interesante en un momento como el actual, en el que la obra nueva prácticamente se ha reducido a cero y en el que la actualización de los edificios ofrece una puerta abierta para seguir generando negocio.

Pero antes de nada, conviene especificar a qué nos referimos al hablar de fachada ligera. Explicándolo de manera sencilla, Mireia Company, del departamento Técnico Architectural Solutions de KME Spain, afirma que “fachada ligera es aquella que emplea materiales generalmente de poco espesor y peso específico. Y en ningún caso éstos cumplen una función estructural. Habitualmente, se compone por una estructura de montantes verticales, otros transversales y una piel envolvente, que puede ser cerámica, de vidrio, metálica, etc.”.

Si atendemos a su definición legal, Pablo Martín, Director de la Asociación Española de Fabricantes de Fachadas Ligeras y Ventanas (ASEFAVE), indica que “la norma europea UNE-EN 13119 ‘Fachadas ligeras. Terminología’ define la fachada ligera como una fachada externa del edificio fabricada con enmarcado hecho principalmente de metal, madera o PVC-U; que consta normalmente de elementos estructurales verticales y horizontales, conectados entre sí y anclados a la estructura portante del edificio; que aporta, por sí misma o conjuntamente con la construcción del edificio, todas las funciones normales de un muro exterior pero no contribuye a soportar las cargas características de la estructura del edificio.

Por otro lado, la norma europea UNE-EN 13830. ‘Fachadas ligeras. Norma de producto’ define la fachada de un edificio como una retícula realizada con perfilería que generalmente consiste en perfiles verticales y horizontales, conectados entre sí y anclados a la estructura soporte del edificio; y que contiene rellenos fijos y/o practicables, que proporcionan todas las funciones requeridas de un muro interno o externo o parte de él, pero que no contribuye al soporte de la carga o la estabilidad de la estructura principal del edificio. La fachada ligera está diseñada como una carga autoportante transferida a la estructura”.

Fuente: promateriales.com